8 DE MARZO: Por un derecho a la salud que no se olvide de las mujeres

Desde EHAS hoy nos unimos un año más a la celebración del Día Internacional de la Mujer, conscientes de que sigue siendo necesario recordar la desigualdad de derechos y oportunidades que sufren las mujeres como una de las vulneraciones de los derechos humanos más extendida e impune.

El lema de este año busca reconocer el papel fundamental de las mujeres como soporte de las economías de todos los países del mundo, subrayando la importancia de “habilitar a la mujer campesina para acabar con el hambre y la pobreza”. En EHAS recordamos que una de las principales dificultades que afrontan las mujeres rurales, además del acceso limitado a la educación y a los recursos económicos, es precisamente el acceso a la salud, llamando la atención sobre las alarmantes tasas de mortalidad materna en muchas regiones del mundo que podrían evitarse. “Sólo un tercio de las mujeres rurales reciben cuidado prenatal por comparación al 50% de las mujeres en las regiones en desarrollo en general” (Naciones Unidas, Informes sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2010 y 2011).

Dada esta mayor vulnerabilidad, el grupo de población materno infantil sigue siendo uno de los objetivos clave del trabajo de EHAS en su propósito de mejorar la atención de salud de regiones aisladas a través de la aplicación de las TIC, conectando puntos de salud, mejorando la gestión de la información sanitaria y desarrollando servicios de telemedicina. En efecto, sabemos que para lograr una buena salud materna es necesario contar con servicios de salud sexual y reproductiva de calidad que no han de verse limitados por el hecho de vivir en una región rural en desarrollo. Ignorar esto provoca muchas muertes innecesarias año tras año que pone de relieve el bajo estatus asignado a las mujeres en muchas sociedades.

En EHAS reafirmamos este 8 de marzo nuestro compromiso con la mejora de los sistemas públicos de salud de países en desarrollo a través de las nuevas tecnologías, trabajando con la convicción de que, además de necesidades que han de ser cubiertas, lo que las mujeres tienen son derechos sexuales y reproductivos que han de ser garantizados en todas las regiones del planeta.